jueves, 15 de septiembre de 2016

La extinción de especies amenaza supervivencia de millones de personas

La rápida extinción de especies animales y vegetales en el mundo amenaza la propia subsistencia de millones de personas, advirtió hoy en Brasil la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), al presentar el más reciente informe de la Lista Roja de Especies Amenazadas.

El documento, divulgado al margen de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Río+20), que reunirá a más de 130 jefes de Estado y de Gobierno del miércoles al viernes próximos, revela que, de las 63.837 especies evaluadas, 19.817 están en riesgo de extinción.

La cifra de especies amenazadas incluye al 41% de los anfibios, el 33% de los corales formadores de arrecifes, el 25% de los mamíferos, el 13 por ciento de las aves y el 30% de las coníferas.

“La sostenibilidad es un asunto de vida o muerte para toda la gente del planeta. Es imposible lograr un futuro sostenible sin conservar la diversidad biológica… no sólo en beneficio de la propia naturaleza, sino también de los 7.000 millones de personas que dependen de ella”, afirmó la directora general de UICN, Julia Martin-Lefèvre.

DEPENDEN DE ESPECIES AMENAZADAS
El informe recuerda que, especialmente en los países más pobres, millones de personas dependen de las especies silvestres para alimentarse, y expresa profunda preocupación por la presión sobre los sistemas de agua dulce pesca no sostenible, contaminación y construcción de represas que reducen las reservas de peces.

“El 27 por ciento de los peces de agua dulce en África enfrentan amenazas”, destaca el documento, que agrega que la sobrepesca ha reducido en más del 90 por ciento las poblaciones de peces comerciales.

“A menos que vivamos dentro de los límites establecidos por la naturaleza y gestionemos nuestros recursos naturales de manera sostenible, más y más especies serán llevadas a la extinción. Si hacemos caso omiso de nuestra responsabilidad, pondremos en peligro nuestra propia supervivencia”, enfatizó el presidente adjunto de la Comisión de Supervivencia de Especies de UICN, Jon Paul Rodríguez.

ECONOMÍA VERDE
En este sentido, UICN urgió a los líderes que se darán cita en Río a tomar medidas concretas para proteger la biodiversidad y las especies amenazadas.

“La transición hacia una ‘economía verde’ exige el reconocimiento del papel que la biodiversidad y los ecosistemas desempeñan en los asuntos económicos”, subrayó la directora global del Grupo de Conservación de la Biodiversidad de UICN, Jane Smart.

“Un futuro verdaderamente sostenible sólo será posible si los líderes reunidos en Río buscan soluciones tendientes a conservar la biodiversidad al tiempo que apoyan los medios de subsistencia y ofrecen oportunidades de inversión para negocios”, agregó.

La desertificación se puede combatir a través del desarrollo sostenible

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió hoy que se apueste por el desarrollo sostenible en las zonas más áridas del planeta para combatir la desertificación y garantizar un futuro a los 2.200 millones de personas que habitan esas zonas y que sufren los efectos del cambio climático.

“La conservación y el desarrollo sostenible de los sistemas forestales áridos son vitales para combatir la desertificación”, señaló hoy el máximo responsable de Naciones Unidas en un mensaje divulgado por la oficina de su portavoz con motivo de la celebración del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía.

MUCHO POR HACER
Ban destacó que “hay ejemplos en todo el mundo que muestran que las tierras degradadas pueden recuperarse mediante prácticas sostenibles y gracias a sistemas agroforestales” y pidió “un incremento” de esas intervenciones para obtener “resultados en más lugares del mundo”.


Asimismo, el secretario general abogó por que se invierta en las zonas áridas del planeta para mejorar la vida de los millones de personas que habitan en ellas y que sufren los efectos de la desertificación, sobre todo en forma de hambre y pobreza.

“Demasiado a menudo se considera que invertir en las zonas áridas es demasiado arriesgado, en lugar de creer que es una necesidad para mejorar el bienestar de las comunidades locales y de las economías nacionales”, aseguró Ban, quien pidió que se redoblen los esfuerzos para ayudar “a esos miles de millones de hombres, mujeres y niños olvidados”.

El diplomático surcoreano aseguró en ese sentido que se debe “premiar” a las personas que consiguen que las zonas áridas del planeta sean “más productivas”, para que “prosperen y otras intenten así emular su ejemplo”.

LA CAUSA DEL PROBLEMA
Además, el funcionario de la ONU destacó que el 42% de las selvas tropicales y subtropicales del planeta son bosques áridos, y aseguró que la principal causa de la desertificación es “la gestión insostenible de los terrenos y la agricultura’.


El Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía se conmemora desde 1995 y apunta a que la desertificación es un problema al que se puede hacer frente a través de la cooperación internacional y la participación comunitaria.

El Comercio y Ayuda en Acción juntos para combatir la pobreza
La fundación Ayuda en Acción, organización española con más de 30 años de experiencia impulsando el desarrollo sostenible de diversas comunidades que sobreviven en situaciones de pobreza y con más de 25 años de trabajo en el Perú, firmó hoy un convenio con el grupo El Comercio para impulsar sus iniciativas y poder llegar a más necesitados.

“Esta firma constituye un hito muy importante en un proceso de cambio de nuestro modelo de trabajo que no solo implica al Perú, sino a países como Colombia y México donde las tazas de crecimiento y desarrollo han mejorado de forma importante”, comentó Celestino del Arenal, uno de los principales patrones de Ayuda en Acción.

Durante sus 25 años de permanencia en el Perú, esta organización ha logrado beneficiar a más de 119 mil personas en 10 regiones del país según cifras hasta el 2013. Esto lo han conseguido a través de iniciativas como su estrategia del Vínculo Solidario, que promueve el apadrinamiento de un niño o niña en situación de pobreza.


“El apadrinamiento es más que una figura de colaboración o un aporte económico, es algo que permite el contacto continuo con el pequeño o la pequeña y la persona puede llegar a conocer al apadrinado y visitar el lugar donde vive. Ninguna contribución va al niño, sino sirve para contribuir a la comunidad y mejorar sus condiciones de vida”, detalló Beatriz Martin Padura, directora del área de Alianzas Estratégicas de la fundación.

En el Perú hay 19 mil padrinos y madrinas, la gran mayoría de ellos españoles,  y detrás de la firma del convenio con El Comercio se encuentra la posibilidad de incrementar la base de casi mil padrinos con 3.000 nuevos participantes peruanos a través de la difusión de los logros de Ayuda en Acción.

“Los proyectos no son de duración indeterminada, sino que tienen un tiempo de 12 a 15 años porque, en ese tiempo, consideramos que la comunidad debe poder valerse por sí misma luego de superar sus principales adversidades en materia de alfabetización, salud, trabajo, agrícola, etc.”, añadió Del Arenal Moyua.

CONTACTO
Los interesados en saber más sobre Ayuda en Acción y en ser parte activa de su apoyo a las zonas más necesitadas del Perú, pueden encontrar información en su portal web o apadrinar a un niño aquí.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

DESARROLLO SOSTENIBLE: APROXIMACIONES DESDE El PERU

La preocupación ambiental es un tema actual en nuestro país. Esto se expresa en los medios de comunicación, los discursos de técnicos o políticos e incluso el sentido común de la mayor parte de nuestra población, tal como lo han registrado encuestas realizadas por organismos especializados en los últimos años (APOYO, 1991 ; 1995), Cuánto (1997). También hay organizaciones dedicados a su tratamiento sistemático.

¿Pero qué significa esta preocupación?, ¿es sólo una percepción compartida o constituye ya un interés social?, ¿quién o quiénes expresan los intereses ambientales del país?, ¿cuál es su entronque con la historia, el pensamiento y las necesidades estructurales de nuestro país?.

Todavía está pendiente hacer una lectura de nuestra historia ambiental, pero algunas ideas se pueden adelantar esperando que sean de utilidad en la presente coyuntura mental y aporten a nuestra identidad como a la construcción de un ambientalismo propio que nos alcance y comprometa a todos.

Nuestro país es muy complejo. Existen muchos estudios y acercamientos comprensivos de sus características. Los hay desde las ciencias histórico- sociales, las ciencias naturales, la literatura, el arte, la tradición y saber popular, la fe religiosa, entre otras. Todas pueden ser válidas- unas más que otras- pues dan cuenta de los diferentes aspectos, momentos y actores de la realidad. Una lectura lúcida del país supone entonces tener en cuenta la totalidad de estos aportes. También un pensar que "inicie de nuevo" a partir de destronar el imperialismo de la razón teórica objetiva y dar confianza a la intuición (Santuc, 1995). 

Una expresión de esta ampliación de enfoques comprensivos es la crítica al cientificismo y el crédito que dan a la obra literaria- por ejemplo de José María Arquedas- algunos autores al evaluar el desempeño de las ciencias sociales en el país (Portocarrero, 1993) o la búsqueda de conocimientos sobre nuestra realidad por caminos realmente insospechados: los sueños infantiles (Portocarrero, 1989) o la locura (Ruiz, 1994).

No es propósito de este trabajo hacer una relectura integral del país, sino simplemente advertir su necesidad y proponer- entre otros acercamientos- una evaluación histórica correlacionando intensivamente las dinámicas humana y ecológica, como lo intentan Pablo Sánchez (1994), Antonio Brack (1994) o Ernesto Yepes (1993).

También se propone sugerir la articulación del pasado con la visión prospectiva hacia el futuro, sobre la base del uso diversificado de nuestro territorio, tal como fue planteado ya en la década pasada por Francisco Sagasti (1993), al diseñar los futuribles o la moderna utopía peruana. Otro aporte en este sentido fue hecho por la Comisión Nacional preparatoria de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en su informe final (CNUMAD, 1992).
Versiones más actuales de este pensamiento integrador del país, desde un enfoque más operativo y empresarial, puede encontrarse en el Movimiento Perú 2021, el Proyecto Empresarial Peruano (PEP) y la visión de futuro construida por CADE 1996.
Esta "visión ampliada" del país es la que posibilitará cuestionar tradicionales y arraigados esquemas mentales (por ejemplo que el Perú es un "mendigo sentado en un banco de oro"), que han subvalorado e inhibido el aporte del trabajo y creatividad humanas desperdiciando oportunidades de crear riqueza (Castro, 1995), como tampoco han permitido percibir ni valorar la diversidad de paisajes, recursos biológicos y genéticos con que contamos- entre otros potenciales- planteados tempranamente por autores como Dourojeanni (1987).
Igual es el caso de la visión de "país agrario" teniendo no más del 5.91% del territorio apto para actividades agrícolas, (predominando las tierras de aptitud forestal, las de pastos y las de protección) o constatando que el país está ubicado en una de la zonas más propensas a la desertificación a nivel mundial- siendo árido el 36% de nuestro territorio sobre el que se asiento el 90% de la población incluyendo la mayor porte de la actividad agropecuaria, industrial y minera del país)- (INRENA- PNUMA-FAO, 1993).
O aquella visión del país construida a partir de la percepción y experiencia costeña y andina, sin considerar que 60% de nuestro territorio es amazónico con los grandes aportes- de ecosistemas y culturas- que ello implica para el desarrollo futuro del país y la misma sustentabilidad de la vida en el planeta, tal como lo resaltan Heinrich Herberg (1995) y recientemente el Instituto de Investigación de la Amazonia Peruana (IIAP, 1996).
Un replanteamiento de esta magnitud comprometerá las clásicas disciplinas e identidades académicas (economía, sociología, antropología, etc.), abriendo en cambio otras (la ecología humana por ejemplo) y definitivamente obligará a enfoques integradores, transdisciplinarios y operativos (proyectación ambiental).



NUESTRA HERENCIA SOCIO-AMBIENTAL ( *)
El Perú es heredero de milenarias culturas andino- amazónicas que lograron desarrollarse con un relativo equilibrio entre sus necesidades de sobrevivencia y la dinámica de los procesos naturales. Esto fue posible gracias a mentalidades, sistemas sociales y estrategias tecnológicas que permitieron una optimización de las capacidades laborales, un adecuado poblamiento del territorio y el aprovechamiento de los recursos sin sobrepasar su capacidad de regeneración o producir severos daños a los ecosistemas.

El Perú es también resultado de un proceso de conquista y colonización europea que significó un profundo trauma humano y el inicio de un severo deterioro ambiental. El virreynato con su visión depredadora, saqueó los recursos naturales e inhumanizó la vida del continente.

Resultado de ello son la drástica caída demográfica, la desestructuración de los ordenamientos étnicos y sociales tradicionales, la pérdida cultural y, lo mas grave, la imposición de valores humanos y económicos ajenos a nuestra historia y ambiente. A nivel productivo resaltan el abandono y destrucción de andenes y canales de riego, la tala de bosques costeros y serranos, el casi exterminio de los camélidos sudamericanos, entre otros.

La república continuó con estas prácticas depredadoras, extendiéndolos- bajo forma de "boom" económico- a otros recursos naturales: en el siglo XIX, el guano, salitre, caucho, pastos y bosques cordilleranos y, en el siglo XX, el pescado, petróleo, fauna y flora silvestre, lo cual ha conllevado deterioro de nuestros ecosistemas y empleo irracional de la energía laboral humana. 

Paralelo a ello la introducción de tecnologías inapropiadas (sobre todo en la extracción y procesamiento de nuestros minerales y las industrias de transformación en las grandes ciudades y puertos) ha producido- y está produciendo- impactos negativos como la mortandad de ríos, lagunas y de importantes sectores de nuestras costas marinas, así como la contaminación atmosférica.

En las últimas décadas el proceso de modernización, la crisis económica y la violencia propiciaron una importante ola migratoria hacia las ciudades produciendo un sentido impacto humano (tugurización, epidemias, desintegración social, etc.) y nuevos problemas como la urbanización de tierras agrícolas y el crecimiento irracional del parque automotor con su secuela de contaminación y problemas de tránsito, la contaminación industrial y otros. Pero, la migración también se ha dirigido hacia la región amazónica, derivando en la forzada colonización- deforestación de la selva alta, el cultivo y procesamiento ilícito de hojas de coca, la inadecuada extracción del oro y, en general, la explotación irracional del suelo y los recursos madera, frutos y fauna silvestres.

Este recuento- hipercrítico- no se propone abonar una imagen desdichada del país, todo lo contrario, busca mostrar los puntos límites a los que hemos llegado con nuestros esquemas a fin de cuestionar los patrones de desarrollo seguidos y avanzar hacia enfoques más heurísticos de acuerdo a la nueva conciencia- y las nuevas sensibilidades- planteadas por la humanidad a puertas de un nuevo milenio.
Aunque de modo incipiente el país viene dando pasos en ese sentido. Son indicadores de esto el inicio de una reestructuración y despegue económico (con criterios productivos, de competitividad global y responsabilidad ambiental), como la evolución de su mentalidad económica (aparición de una cultura empresarial desde la base y tendencia a la superación del mercantilismo). 

Con ello quizá se pueda avanzar hacia una economía social y ecológica de mercado capaz de satisfacer las nuevas exigencias de calidad y productividad, de protección ambiental y aprovechamiento sostenible de sus recursos y- por esta vía- dar pasos eficaces hacia sistemas de producción y modos de vida más equitativos y humanos, tal como no se pudo hacer con ideas y modelos fundados sólo en ideologías o indicadores económicos.