miércoles, 29 de junio de 2016

Experiencias aprendidas en el proceso

 Desarrollar esta ponencia a partir de los pocos datos existentes y de aún más escaso tiempo disponible no ha sido fácil, pero la rica discusión e intercambio que ella permitió nos dio algunas luces sobre lo que ha sido el proceso de hacer educación ambiental desde el ámbito de las ONGs. 

Es nuestra opinión, que este camino ha sido construido a partir de la necesidad de actuar frente a los grandes problemas ambientales del país, así como de intervenir en las situaciones existentes desde ámbitos de acción relativamente independientes de los intereses de los gobiernos y las grandes corporaciones multinacionales. 

Estas necesidades han debido ser asumidas con urgencia y angustia por la conciencia del acelerado deterioro ambiental. Pero esta misma prisa no nos ha dado suficiente tiempo para la reflexión, la acción participativa y la sistematización de los logros y obstáculos.


Es por todo esto que creemos que la principal lección que surge de la experiencia, es reivindicar la importancia de que en la EA como en muchas áreas del quehacer social, es extremadamente importante que el trabajo sea el resultado de procesos participativos de reflexión, planificación y evaluación. Debemos recordar que frente a situaciones de emergencia, siempre la primera recomendación es: Conservar la calma.

 Propuestas de acción prioritaria


Sobre este punto estamos seguros que necesita una discusión mucho más amplia y completa que la fue posible realizar en este momento. A pesar de lo cual, con el objeto de tener elementos con los cuales iniciar la discusión y el intercambio de ideas, creemos que pueden ponerse en el tapete las siguientes ideas:

§  Crear un mecanismo permanente de orientación, consulta y seguimiento dirigido a hacer operativo Constitución Política y demás normatividad;  y cumplir con lo establecido en el Capítulo 36 de la Agenda XXI. A través de este proceso se  elaborarán planes de acción altamente participativos y procesos de fortalecimiento y articulación entre los diferentes sectores relacionados con la EA. Así mismo se promoverá la creación de planes e instrumentos (normativos, económicos y organizativos) que aseguren que la EA realmente se vuelva parte de la vida cotidiana de nuestra población. Creemos que lograr esto ya sería un gran paso.

§ Complementario a la propuesta anterior, proponemos la creación de un Fondo de Financiamiento que brinde a las diferentes instituciones los recursos necesarios para la realización de proyectos y programas de educación ambiental.

§ Una propuesta hacia el interior de nuestro sector, es seguir profundizando el proceso participativo y de cooperación entre las instituciones que lo conformamos, para ello debemos establecer espacios de reflexión y discusión y fortalecer las redes y mecanismos de coordinación existentes.


§ Finalmente creemos necesario establecer un programa de capacitación continua en diferentes tópicos de educación ambiental dirigido a la formación conceptual, técnica y ética de los profesionales que trabajamos en ésta área.

Este instrumento de gestión, de carácter no vinculante, surge del “Programa Global para el Desarrollo Sostenible en el siglo XXI”, enmarcado dentro de la “Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible”, celebrada en Río de Janeiro en Junio de 1992. Dicho Programa, también denominado Programa 21, sienta las bases para desarrollar una política ambiental global y mundial de forma estructurada, programada y cuyo desarrollo sea iniciado y promovido por las entidades locales o regionales.

La Agenda 21 Local es una respuesta a la invitación que las Naciones Unidas formularon en el año 1992 durante la Cumbre de la Tierra con el fin de que las ciudades elaboraran planes y acciones para afrontar los retos socioambientales del siglo XXI. Un compromiso que tiene que permitir avanzar hacia un modelo de desarrollo sostenible.

En el capítulo 28 del Programa 21 se hace un llamado a las autoridades locales para que elaboren una Agenda 21 Local. El principio de responsabilidad compartida y colaboración es básico para la implantación de estrategias de Desarrollo Sostenible a nivel local, por lo que se insta a las autoridades locales a la búsqueda de consenso y a iniciar un diálogo con sus ciudadanos, organizaciones cívicas, empresariales e industriales locales y empresas privadas para aprobar la Agenda 21 Local, porque es la herramienta o instrumento más ampliamente difundido y aceptado por parte de las autoridades locales para abordar los graves problemas ambientales desde el enfoque de “pensar globalmente y actuar localmente”.

 Sin perder de vista el objetivo global de la protección del medio, es a nivel local donde se pueden tomar decisiones más prácticas y, además, más participativas. La Agenda 21 Local pretende poner en marcha un Plan de Acción para conseguir aplicar el desarrollo sostenible a su entorno humano, ya que las ciudades constituyen uno de los mayores focos de insostenibilidad del planeta y la actuación en ellas es un tema prioritario, considerando que los actores pertinentes para la actuación en la ciudad son las autoridades locales y los ciudadanos.

El fundamento teórico del proceso de Agenda 21 Local es el principio de la sostenibilidad local,  Sostenibilidad ambiental en tanto que dependemos de las funciones de nuestro entorno, que provee de recursos, asimila residuos y desechos y proporciona servicios ambientales,  la apropiación y explotación del capital natural y Sostenibilidad social persigue, en relación con los anteriores, la satisfacción plena de las necesidades de la generación presente garantizando que las generaciones futuras puedan satisfacer las suyas

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