martes, 21 de junio de 2016

CULTURA AMBIENTAL


 Una mirada al espacio local como escenario imprescindible para abordar la temática ambiental y generar una cultura medioambientalista que parta del reconocimiento a las tradiciones culturales y a la identidad de esos territorios y utilice a la comunicación popular para incorporar a las comunidades la dimensión ambiental, propiciando la activa participación de sus miembros en el diseño de una sociedad sustentable.

Historia

En la estrategia para el futuro de la vida "Cuidar la Tierra", aprobada en Suiza en 1991 (UICN y otros, 1991) se considera que una comunidad es sostenible si "cuida su medio y no daña otros, utiliza recursos de manera frugal y sostenible, recicla materiales, reduce al mínimo sus desechos y los elimina de manera segura." 

Un año después, la Declaración de Río reconocía a la participación pública y el acceso a la información como elementos de legitimidad en la toma de decisiones en todos los niveles. Su principio 10 establece que "… los problemas medioambientales se manejan mejor cuando participan todos los ciudadanos interesados, en el nivel pertinente."

Cada vez son más las iniciativas de este tipo, que parten de las potencialidades propias de la comunidad para promover el cuidado del medio ambiente. Algunas comienzan con el financiamiento y por sugerencia de personas ajenas, que desean colaborar, con el desarrollo del lugar. Otros responden a las preocupaciones y necesidades de un grupo local que logra organizar y coordinar a toda la comunidad.

En las estrategias de educación ambiental y en las políticas de desarrollo se incorpora con mayor relevancia, los espacios locales. La invitación para pensar en problemáticas de alcance mundial busca cada vez más, aspectos del entorno local que sirvan de punto de partida para comprender la repercusión de nuestras acciones cotidianas, sus efectos sobre la salud del planeta y comprometer a los individuos para encontrar entre todos soluciones viables para un futuro mejor. 

En ese empeño, la cultura popular merece una mirada especial, si entendemos que el vínculo del hombre y la mujer con la naturaleza es un hecho cultural, que se aprende y se reproduce, que es condicionado por el medio en el que nos desarrollamos y por la herencia cultural que asumimos.

De igual modo cada vez más las ciencias sociales – y no ya solo las exactas o naturales - debaten desde sus perspectivas, sus aportes para la solución de una problemática que exige un enfoque holístico, sistémico. Ese también ha sido el caso de la Comunicación Social, esfera donde la dimensión ambiental ha encontrado defensores, que se empeñan en habilitar espacios de polémica o informativos, sobre todo en los medios masivos de comunicación, para promover una nueva cultura ambiental.

A esta labor se le conoce como Periodismo Ambiental, considerada una rama del Periodismo Científico. Las empresas e instituciones también desarrollan acciones dentro del marketing ecológico para mantener una imagen medioambiental adecuada y otras organizaciones y grupos ecologistas redescubren las posibilidades de las comunidades locales para emprender proyectos ambientalistas. 

La comunicación dentro de estos espacios, ya sea en los medios masivos, en las instituciones o en las comunidades resulta un elemento de coherencia para lograr movilizar, comprometer y enriquecer las visiones sobre nuestro impacto ambiental.

Las visiones teóricas sobre la complejidad de los procesos comunicativos ayudan a comprender las significaciones que intervienen en estas propuestas, en las que quienes participan poseen diversos referentes, una historia que heredaron, valores que reproducen y que explican sus conductas, sus maneras de hacer y también de decir. El estudioso de la comunicación Manuel Martín Serrano, en su modelo dialéctico de la comunicación devela el papel de las mediaciones en los procesos comunicativos consideradas de significativa importancia para comprender mejor este intercambio, con sus influencias y dependencias.

Esta revelación constituye el eje principal de la propuesta comunicativa de Jesús Martín Barbero, quien propone dos desplazamientos centrales en los análisis de la comunicación:

§  De los medios a las mediaciones (de medios, mensajes, canales, a la multiplicidad de matices culturales, que le dan sentido).
§  De la comunicación a la cultura (del enfoque estrecho - comunicativo a los procesos de producción simbólica de la realidad y de percepción de dicha realidad)

El centro de su propuesta radica en considerar la relación entre los procesos de comunicación y la cultura, que se sustentan en: la estructura comunicativa de la cultura y las lógicas culturales de la comunicación, así como su naturaleza negociada y transaccional, donde la comunicación es concebida como apropiación, experimentación, activación de la competencia cultural de la gente, socialización de la experiencia creativa, reconocimiento de los diferencias, encuentro y conflicto con el otro.

La prioridad que se le otorga al receptor es uno de sus elementos claves. Se entiende la dominación como un proceso activo de identificación y reconocimiento. Otorga al receptor de la comunicación un estatus activo y productor de sentidos. Barbero entiende los procesos de recepción como la variedad de operaciones, a través de las cuales la gente usa lo masivo, el modo en que trabaja la hegemonía y las resistencias que moviliza, los modos de apropiación y réplica de las clases subalternas, las tácticas, ausencias, estrategias del receptor para adaptar lo que proviene de los medios a la dinámica de la vida cotidiana. 

Esta mirada enriquece el enfoque sistémico dialéctico que nos plantea las múltiples determinaciones y niveles de influencia que tiene el proceso comunicativo y su relación con otros aspectos de la vida social.

Por lo que la comunicación también admite un enfoque sistémico, que integre niveles, actores, medios, mensajes, de manera interrelacionada, y que permita llegar a la mayor cantidad de personas, para comprometerlas con su espacio más cercano, ya sea en su trabajo o en el lugar donde viva. En este último nivel nos centraremos para tratar de desentrañar los vínculos entre cultura, comunidad, comunicación y medio ambiente, en ese propósito de alcanzar una verdadera cultura ambiental desde la perspectiva local.


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