Una mirada al espacio local como escenario
imprescindible para abordar la temática ambiental y generar una cultura medioambientalista
que parta del reconocimiento a las tradiciones culturales y a la identidad de
esos territorios y utilice a la comunicación popular para incorporar a las
comunidades la dimensión ambiental, propiciando la activa participación de sus
miembros en el diseño de una sociedad sustentable.
Historia
En la estrategia para el futuro de la vida
"Cuidar la Tierra", aprobada en Suiza en 1991 (UICN y otros, 1991) se
considera que una comunidad es sostenible si "cuida su medio y no daña
otros, utiliza recursos de manera frugal y sostenible, recicla materiales,
reduce al mínimo sus desechos y los elimina de manera segura."
Un año
después, la Declaración de Río reconocía a la participación pública y el acceso
a la información como elementos de legitimidad en la toma de decisiones en
todos los niveles. Su principio 10 establece que "… los problemas
medioambientales se manejan mejor cuando participan todos los ciudadanos
interesados, en el nivel pertinente."
Cada vez son más las iniciativas de este tipo, que parten
de las potencialidades propias de la comunidad para promover el cuidado del
medio ambiente. Algunas comienzan con el financiamiento y por sugerencia de
personas ajenas, que desean colaborar, con el desarrollo del lugar. Otros
responden a las preocupaciones y necesidades de un grupo local que logra
organizar y coordinar a toda la comunidad.
En las estrategias de educación ambiental y en las
políticas de desarrollo se incorpora con mayor relevancia, los espacios
locales. La invitación para pensar en problemáticas de alcance mundial busca
cada vez más, aspectos del entorno local que sirvan de punto de partida para
comprender la repercusión de nuestras acciones cotidianas, sus efectos sobre la
salud del planeta y comprometer a los individuos para encontrar entre todos
soluciones viables para un futuro mejor.
En ese empeño, la cultura popular
merece una mirada especial, si entendemos que el vínculo del hombre y la mujer
con la naturaleza es un hecho cultural, que se aprende y se reproduce, que es
condicionado por el medio en el que nos desarrollamos y por la herencia
cultural que asumimos.
De igual modo cada vez más las ciencias sociales – y
no ya solo las exactas o naturales - debaten desde sus perspectivas, sus
aportes para la solución de una problemática que exige un enfoque holístico,
sistémico. Ese también ha sido el caso de la Comunicación Social, esfera donde
la dimensión ambiental ha encontrado defensores, que se empeñan en habilitar
espacios de polémica o informativos, sobre todo en los medios masivos de
comunicación, para promover una nueva cultura ambiental.
A esta labor se le conoce como Periodismo Ambiental,
considerada una rama del Periodismo Científico. Las empresas e instituciones
también desarrollan acciones dentro del marketing ecológico para mantener una
imagen medioambiental adecuada y otras organizaciones y grupos ecologistas
redescubren las posibilidades de las comunidades locales para emprender
proyectos ambientalistas.
La comunicación dentro de estos espacios, ya sea en
los medios masivos, en las instituciones o en las comunidades resulta un
elemento de coherencia para lograr movilizar, comprometer y enriquecer las
visiones sobre nuestro impacto ambiental.
Las visiones teóricas sobre la complejidad de los
procesos comunicativos ayudan a comprender las significaciones que intervienen
en estas propuestas, en las que quienes participan poseen diversos referentes,
una historia que heredaron, valores que reproducen y que explican sus
conductas, sus maneras de hacer y también de decir. El estudioso de la
comunicación Manuel Martín Serrano, en su modelo dialéctico de la comunicación
devela el papel de las mediaciones en los procesos comunicativos consideradas
de significativa importancia para comprender mejor este intercambio, con sus
influencias y dependencias.
Esta revelación constituye el eje principal de la
propuesta comunicativa de Jesús Martín Barbero, quien propone dos desplazamientos centrales en los análisis de la
comunicación:
§ De los medios a las mediaciones (de medios, mensajes,
canales, a la multiplicidad de matices culturales, que le dan sentido).
§ De la comunicación a la cultura (del enfoque estrecho
- comunicativo a los procesos de producción simbólica de la realidad y de
percepción de dicha realidad)
El centro de su propuesta radica en considerar la
relación entre los procesos de comunicación y la cultura, que se sustentan en:
la estructura comunicativa de la cultura y las lógicas culturales de la
comunicación, así como su naturaleza negociada y transaccional, donde la comunicación
es concebida como apropiación, experimentación, activación de la competencia
cultural de la gente, socialización de la experiencia creativa, reconocimiento
de los diferencias, encuentro y conflicto con el otro.
La prioridad que se le otorga al receptor es uno de
sus elementos claves. Se entiende la dominación como un proceso activo de
identificación y reconocimiento. Otorga al receptor de la comunicación un
estatus activo y productor de sentidos. Barbero entiende los procesos de
recepción como la variedad de operaciones, a través de las cuales la gente usa
lo masivo, el modo en que trabaja la hegemonía y las resistencias que moviliza,
los modos de apropiación y réplica de las clases subalternas, las tácticas,
ausencias, estrategias del receptor para adaptar lo que proviene de los medios
a la dinámica de la vida cotidiana.
Esta mirada enriquece el enfoque sistémico
dialéctico que nos plantea las múltiples determinaciones y niveles de
influencia que tiene el proceso comunicativo y su relación con otros aspectos
de la vida social.
Por lo que la comunicación también admite un enfoque
sistémico, que integre niveles, actores, medios, mensajes, de manera
interrelacionada, y que permita llegar a la mayor cantidad de personas, para
comprometerlas con su espacio más cercano, ya sea en su trabajo o en el lugar
donde viva. En este último nivel nos centraremos para tratar de desentrañar los
vínculos entre cultura, comunidad, comunicación y medio ambiente, en ese
propósito de alcanzar una verdadera cultura ambiental desde la perspectiva
local.
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