domingo, 3 de julio de 2016

Fase de Seguimiento y Evaluación

En esta fase podemos distinguir tres etapas:

1º. Creación de un sistema de indicadores

La creación de un sistema de indicadores tiene como finalidad: 

ü  La obtención de datos específicos que permitan el seguimiento del estado ambiental del municipio así como el grado de éxito del plan de acción que se haya implantado. 
ü  Favorecer la obtención de información de manera rápida y eficaz. 
ü  Determinar el grado de implicación de los agentes en el Plan de Acción. 
ü  Ayudar en la gestión municipal y en la toma de decisiones políticas. 
ü  Obtener una visión integral de los intereses predominantes en el municipio.
Un sistema de indicadores consta principalmente de:

Una lista de indicadores
Se debe elaborar una lista de indicadores adecuada que sean capaces de medir, con el menor número de indicadores, tanto el estado ambiental del municipio como el cumplimiento o no de los objetivos marcados en el plan de acción del municipio.

La lista de indicadores de estado del municipio, se pueden obtener como conclusión de los resultados del diagnóstico integral realizado. En dicho diagnóstico, se sacan conclusiones, sobre que aspectos son los más preocupantes en el municipio y, por tanto, cuales son los aspectos que merecen una mayor vigilancia. 

También se deben incluir indicadores que midan el estado de variables, muchas de ellas ambientales, esenciales para la calidad de vida de los ciudadanos, aunque las condiciones de estas variables sean las óptimas, pero que por su importancia merecen una vigilancia constante, éstas variables pueden ser, por ejemplo, la calidad del agua, la calidad del medio atmosférico, etc.

A la lista de indicadores de estado, anteriormente señalados, se le debe adicionar los indicadores derivados de la implantación del Plan de Acción Local, que permiten evaluar el éxito de las actuaciones concretas. Muchos de estos indicadores coincidirán con los anteriores, por lo que al final debe conformarse una lista final de indicadores unificados. Para lograr los objetivos del sistema de indicadores, éstos deben presentar una serie de características: 

ü  Exactos, inequívocos y específicos.
ü  Comprensibles y fáciles de interpretar.
ü  Accesibles y sencillos de obtener.
ü  Sensibles a los cambios.
ü  Válidos, verificables y reproducibles. 
ü  Útiles para proporcionar una visión rápida de la situación integral de la realidad municipal

Sistema de funcionamiento
El sistema de funcionamiento debe desarrollar, por lo menos, los siguientes aspectos: 

ü  Cómo se efectúa la medición?
ü  Con qué aparatos?
ü  En qué condiciones de medición?
ü  Con qué metodología?
ü  Quién es el responsable de que la medición se efectúe. (persona física, equipo técnico, organismo, etc.)?
ü  Con qué temporalidad se efectúan las mediciones?

2º. Plan de seguimiento

El plan de seguimiento consiste básicamente en la asignación de responsabilidades en la vigilancia de la consecución de las actividades y tareas programadas en el plan de acción local, así como en la vigilancia de la evolución de los indicadores, para cada caso, que miden tanto el grado de éxito de la consecución de esas actuaciones como el estado de una variable en concreto (por ejemplo, calidad de agua, calidad atmosférica, empleo, etc.). 

3º. Proceso de evaluación

Este proceso consiste en evaluar el grado de éxito en la consecución de objetivos y detectar la tendencia de la gestión del municipio hacia la sostenibilidad local, así como evaluar el grado de compromiso y de implicación de todos los participantes en el proceso de Agenda 21 Local, tanto miembros de las autoridades locales como la ciudadanía en general.

Un proceso de evaluación tradicional suele consistir básicamente en la valoración del balance entre los objetivos propuestos y los resultados obtenidos, de tal forma que se compruebe el grado de satisfacción de las expectativas creadas, bajo unos criterios determinados de valoración.

En el proceso de Agenda 21 Local, además de que este balance se efectúe, no es lo más esencial de esta fase. Debido a que la Agenda 21 Local, como se ha reiterado varias veces a lo largo de este documento, pretende tener un claro sentido de continuidad, lo más importante de este proceso es la detección y mayor concreción de los problemas del municipio y de los fallos o desajustes, del proceso implantado. De esta forma se consiguen dos objetivos fundamentales (alimentación y optimización):

ü  Conocer de forma más profunda los problemas reales del municipio, en base a los estudios, datos obtenidos, comunicación más estrecha entre los diferentes sectores sociales implicados, etc., que ha proporcionado la implantación de una Agenda 21 Local. Esta concreción y sobretodo la calidad de esta información, que viene dada del propio proceso de implantación, es fundamental para sacar conclusiones de cara al proceso de retroalimentación que se deberá hacer finalmente y que asegura la continuidad y la garantía del papel de las Agendas 21 local como un instrumento de gestión local y autónomo eficaz, en definitiva. 
ü  Concretar mucho mejor aquellos aspectos del propio proceso de implantación de las Agendas 21 Local, que permita una optimización del mismo. Estos aspectos se verán con mejor detalle en la fase de retroalimentación de este mismo documento.

Los procesos de evaluación y la metodología a seguir dentro del mismo pueden ser diversos (existen métodos tanto cuantitativos, como cualitativos o mixtos), y deben diseñarse de forma individual en cada caso, pero siempre irán en función de los siguientes aspectos:

ü  El tipo de programación que se haya diseñado. 
ü  Los recursos materiales y humanos que disponga el municipio.
ü  El diseño previo de los indicadores ambientales o municipales establecidos.
  1. Proceso de retroalimentación

La retroalimentación es una fase clave, en cuanto a que cierra el ciclo del procedimiento de la implantación de las Agendas Local 21, pero no con un carácter terminal del proceso (las Agendas 21 Local no se implantan y mueren al final del proceso), sino todo lo contrario, dado el sentido de continuidad (debe servir como una herramienta de trabajo en la gestión del municipio). 

Es decir, esta fase pretende volver a iniciar el proceso de la Agenda 21 Local con el enriquecimiento y la alimentación de los resultados, experiencias, éxitos y fracasos, objetivos cumplidos y no cumplidos, incorporación de nuevas circunstancias, políticas, sectores sociales, etc., que ayuden a madurar y desarrollar un instrumento como es la Agenda 21 Local.

El hecho de tomar conciencia real de esta fase, normalmente desdeñada, y dedicarla el espacio y tiempo que se merece, es garantía del compromiso que adquiere el municipio con su gestión, y de la continuidad y éxito de la Agenda 21 Local del municipio.

Lo que se debe tener en cuenta en esta fase:
Debe constar como una fase propia dentro de la programación de actividades, con un período establecido, y un/os responsable/s asignados. Aunque el proceso de retroalimentación es más evidente e importante al final de todo el procedimiento de implantación de una Agenda 21 Local, como en este documento se expone, se debe realizar en todos los niveles y por todos los responsables. Cuanto mayor sea la comunicación y relación entre los actores y sobretodo responsables, de las diferentes fases, mejor funcionará y mejor se ajustará el proceso de las Agendas 21 Local, a las perturbaciones o incidencias que se produzcan.

Esta fase, no sólo alimenta a unas partes concretas del proceso, sino a todos los niveles, aunque a la larga, la experiencia demuestra que frecuentemente son unas concretas las más susceptibles de recibir esta alimentación que otras. 

A pesar de ello, no se debe desechar ninguna posibilidad, por lo menos de entrada. Por último y a modo de conclusión el proceso de retroalimentación tiene como finalidad importante, dar el carácter de continuidad que se le debe aplicar a las Agendas Local 21. Como cualquier otra herramienta, la Agenda 21 Local, debe irse modelando y perfeccionándose con el uso y la experiencia, ante la imposibilidad de implantar una Agenda 21 Local perfectamente adecuada para el municipio, desde el inicio.


Por tanto la retroalimentación se puede realizar a distintos niveles:
  • Fase Previa de Compromiso: La implantación de una Agenda 21 Local, sobre todo en sus primeros años de vida, suele llevar a cambiar, modificar y matizar algunos principios, objetivos generales, que se introdujeron inicialmente, así como a introducir nuevos aspectos que quedaron al margen en su comienzo. A medida que se desarrolla una Agenda 21, los principios suelen concretarse cada vez más y se suelen ir incluyendo nuevos aspectos que el contexto ambiental, sociopolítico y cultural lo va exigiendo en cada momento.
  • Fase Diagnóstico Integral: todo el proceso de implantación de una Agenda 21 Local, suele evidenciar, sobre todo a la hora de llevar a cabo las actuaciones, deficiencias en el estudio de muchos aspectos del medio, que no fueron consideradas suficientemente, y que se demuestran necesarias a la hora de programar y llevar a cabo actuaciones concretas.
  • Fase Determinación de Objetivos: esta fase, es una de las fases que más van a ir cambiando, sobretodo si la Agenda 21 Local se está implantando con éxito. La definición y priorización de objetivos, así como la identificación y determinación de las posibles estrategias para llevarlas a cabo, debe ir perfeccionándose, concretándose, además de la introducción de nuevos objetivos, retos y estrategias que demuestran la confianza del municipio en la Agenda 21 Local, como instrumento de gestión autónomo.
Fase de Acción Local: esta fase es sin duda la fase que más cambios y aportaciones va a recibir del proceso de retroalimentación, debido por un lado a las modificaciones que vayan surgiendo de la alimentación de fases precedentes, así como de los aspectos propios de la fase de acción local, en cuanto a su programación, la participación, la asignación de tareas, el nombramiento de responsables, el establecimientos de plazos y objetivos cuantificados, etc. 

Todos estos aspectos deberían ir tendiendo hacia la concreción, la optimización y el ajuste de los objetivos a las posibilidades reales del municipio (al principio se suele ser muy optimista), sin perder la ambición y ganas de lograr objetivos importantes.

Fase de Seguimiento y Evaluación: a medida que se adquiere experiencia en el proceso de Agenda 21 Local se mejora en la implantación de las acciones contenidas en el plan de acción local y también se va ajustando mucho más todo el sistema de indicadores que constituye el plan de seguimiento.

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