lunes, 4 de julio de 2016

LAS MUNICIPALIDADES COMO ÓRGANOS FUNDAMENTALES PARA EL MEDIO AMBIENTE


 El papel de las Municipalidades en la gestión ambiental es cada vez más importante. Son las entidades locales las que están más cerca de los ciudadanos, y por supuesto, las que mejor conocen su entorno. Así lo reconocen los principales tratados internacionales y europeos. 

Especialmente, la cumbre de Río de 1992 incidió en el papel fundamental que tienen las administraciones locales en la protección de su medio ambiente. El plan de Acción de la denominada Agenda 21 lo expresaba así:

“A causa de que muchos de los problemas y soluciones contemplados en la Agenda 21 local tienen sus raíces en el seno de las actividades locales, la participación y cooperación de las autoridades locales será un factor determinante a la hora de satisfacer sus objetivos. Las autoridades locales construyen y mantienen infraestructuras económicas, sociales y ambientales, dirigen procesos de planificación, establecen políticas y regulaciones ambientales, y asisten a la ejecución de políticas ambientales a nivel nacional y supranacional. Como es el más cercano a los ciudadanos, el gobierno local juega un papel muy importante educando, movilizando y respondiendo al público para promover el desarrollo sostenible.”

Pero no sólo la Sociedad Internacional, destaca la importancia de las Municipalidades, donde dejan en claro sobre la tarea a la hora de mantener los ecosistemas, en la que se señala que: “En particular a la hora de asegurar la sostenibilidad del desarrollo mediante el ejercicio de sus funciones reglamentarias como “autoridades competentes”, según las Directivas y Regulaciones existentes y dentro del contexto de una aplicación práctica del principio de sostenibilidad”

No obstante, se comprende que los gobiernos locales tienen una capacidad económica limitada, y que no se puede hacer recaer toda la responsabilidad en ellos, teniendo en  cuenta que el propósito para la Política Comunitaria debe ser animar a las autoridades locales a afrontar el reto que suponen hoy los problemas ambientales en muchas ciudades y pueblos, y ayudarles a encontrar la mejorar manera de hacerlo.

La realidad, es que desde hoy en los próximos años serán de gran actividad para las áreas de medio ambiente de los Municipios, quienes deben de desarrollar a fondo una política que hasta ahora estaba todavía está en sus inicios, me refiero a la Política ambiental. Y lo tendrán que hacer intensamente, un gran cambio en poco espacio de tiempo.

Localmente, la actividad gubernamental de protección al ambiente debería ser estructurada de acuerdo con la escala y naturaleza de las ciudades así como con sus problemas. La diversidad de situaciones es un factor altamente relevante; por lo tanto, no es posible proporcionar un modelo institucional común para la acción de protección ambiental con respecto a las autoridades locales. 

Lo cierto es que existen actividades comunes en todas ciudades que se pueden enlistar las mismas que, en menor o mayor grado. Tales acciones están asociadas con:

ü Áreas verdes en ciudades. Plazas, parques, plantación de árboles en caminos públicos y en espacios privados abiertos;
ü Control ambiental. De la contaminación industrial, vehicular y doméstica; los ruidos; la estética; la fauna; la flora; la tierra rural y los bosques nativos en la periferia de las ciudades; la minería; las impactantes obras públicas;
ü Educación ambiental. Formal (en la escuela) e informal, por medio de actos y proyectos de participación de la población;
ü Planeación ambiental. Estas acciones conciernen con la planeación, el seguimiento y la coordinación.
ü  
También puede llevarse actividades relativas a limpieza pública, control de zoonosis, salud ocupacional y defensa civil.

Desde el punto de vista estructural, es importante que los mecanismos de asesoría ambiental sean creadas en los Gobiernos Locales o en entidades descentralizadas de los Gobiernos Regionales, particularmente aquellas cuyas actividades son potencialmente impactantes en el ambiente urbano. Estas oficinas de asesoría deberían estar estrechamente relacionadas con la Secretaría Municipal para el Ambiente, tener un lugar en el Consejo Municipal (Cabildo), en comités técnicos temporales  o permanentes.

Los programas para calificación, entrenamiento, intercambio, etc., deberían ser extendidos a las oficinas de asesoría técnica mencionadas antes, acorde con el concepto de integración horizontal. Este concepto es la llave para el éxito del proceso de cambio conductual en favor del ambiente, el cual debe hacerse en la administración. Este cambio de conducta colectiva es el aval para los cambios cualitativos en la administración.

Figura. Plaza de Lima.

Planeación con acción local -reglamentos y zonificación- manejo para implantar planes, programas y proyectos

a.   Planeación con acción local

La acción local es extremadamente intensa debido a la presión ejercida por los ciudadanos sobre la Oficina de la Autoridad Municipal. Esta situación tiende a estructurar la administración como un manejo patronal el cual, si no está asociado con un proceso de planeación participativa que pueda facilitar la apertura para propuestas creativas, finalmente hará que las ciudades pierdan sus características, destruyendo su memoria arquitectónica y cultural y haciéndolas homogéneas hasta que todas ellas acaben pareciéndose entre sí.

El concepto de Ambiente Urbano, incorpora estructuras hechas por el hombre (edificios, distritos, etc.) y los elementos naturales modificados (canales, plantación de árboles en áreas públicas, etc.) dentro de los ecosistemas remanentes en los sitios primitivos de la ciudad.

Esto da origen al concepto de “Impacto Periférico”, que en unión con el concepto reconocido como “Impacto Ambiental”, actúan como herramientas de manejo para la política ambiental local.

Los estudios sobre impacto periférico se aplican a proyectos de tamaño medio, ya que no sería suficiente por sí misma una licencia de evaluación del coeficiente tradicional de uso de tierra y ocupación. Sería necesario evaluar la capacidad de su infraestructura en términos de carreteras, sanidad, drenaje, telecomunicaciones, electricidad, así como los recursos ambientales de las áreas periféricas, que incluyen las plazas, los parques, el aire y los ruidos entre otros.

La evaluación del impacto ambiental, como obliga la legislación en la mayoría de los países, se vuelve aplicable sólo en los grandes proyectos, tales como los extensos complejos de carreteras, las unidades de disposición final de basura, las plantas de tratamiento de aguas residuales.

Los reportes de los estudios de impacto periférico (RIVI) e impacto ambiental (RIMA), son herramientas esenciales para el proceso de expedición de licencias ambientales y su análisis y discusión no debería efectuarse sin audiencias públicas.

La planeación con la acción local, una actividad ya establecida en la administración pública desde hace algunos años, tiene incorporado un nuevo elemento: el componente ambiental y su concepto más expresivo, el desarrollo sustentable.

Así, la unidad de planeación municipal tiene ahora un foro auxiliar destacado, el Consejo Municipal para el Ambiente, que es un foro para la generación de políticas ambientales públicas. Desde un punto de vista operativo, deberíamos estar seguros de prevenir la ocurrencia de cualquier conflicto de competencia, derivado de diferentes y aún algunas veces, conflictivas culturas corporativas. 

El administrador debería asegurar que sea establecida una atmósfera de cooperación mutua, ya que la ciudad tiene mucho que ganar cuando sus líderes aseguran la cooperación entre las unidades administrativas que se sobreponen e interactúan.

b.    Reglamentos y zonificación

La Ciudad, así como el Estado, deberían tener sus Reglamentos Ambientales a tono con las políticas ambientales públicas. Los reglamentos son herramientas de manejo, porque particularmente imparten a las “autoridades ambientales locales” una configuración legal. De esa manera, estas autoridades pueden ejercer el “poder administrativo policiaco” al aplicar castigos (multas, arrestos, clausura de actividades contaminantes y otros.)

Un Reglamento Municipal para el Ambiente puede contener, entre otros, los siguientes puntos:

§   Reglas Generales del “Sistema Municipal para el Ambiente”;
§   Política Ambiental Municipal;
§   Herramientas para esa política;
§   Control de Calidad del Ambiente; e
§   Inspección, Control, Seguimiento y Auditoría s Ambientales.

La Zonificación es otro instrumento de manejo municipal que ha incorporado parámetros dentro del diseño, para configurar la ciudad.

Las fuentes de agua deberían ser preservadas de la ocupación intensiva, ya que proveen a la ciudad con un recurso vital: el agua.

Debido a que la mayoría de las fuentes de agua están ubicadas cerca de la ciudad, los conflictos ocurren a menudo entre la necesidad de preservar la fuente de agua de la ocupación urbana y la presión para usarla con este propósito. Esta presión tiende a ser más intensa cuando la fuente de agua se encuentra en el eje de un importante vector de desarrollo espontáneo, tal como la conexión de la ciudad con las carreteras en la región.

Código de Buenas Prácticas Ambientales (CBPA)

Es una herramienta de gestión práctica y normalizada para los municipios, en el cual, se recogen un conjunto de buenas prácticas, iniciativas y experiencias para la gestión ambiental municipal, por lo que el Código de Buenas Prácticas pretende ser una guía para planificar y realizar proyectos de medio ambiente que deberán poner en marcha las políticas medioambientales municipales. Este documento es un punto de apoyo para conocer qué acciones pueden emprenderse.


El contenido del CBPA hace que su denominación como “Código” pueda entenderse también como “Manual o Guía metodológica”; pero se le  considera el término Código por ser un conjunto de reglas, preceptos, definiciones y metodologías sobre aspectos ambientales, para este caso.

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