Todos
los habitantes tienen derecho a la educación ambiental, al acceso
a la información ambiental, y a la utilización de instrumentos de
participación ciudadana que posibiliten el mejoramiento de sus condiciones de vida, lo que involucra
al público en general, promoviendo la
educación ambiental en todos los niveles de la enseñanza.
A las instituciones educativas, integrando la
educación ambiental a los programas educacionales que desarrollan; a los organismos institucionales con competencia en el
área ambiental a nivel nacional, regional, provincial y municipal; a los medios de comunicación masiva, colaborando
activamente en la difusión de informaciones
y prácticas educativas sobre el ambiente e incorporando la dimensión
ambiental en sus programaciones.
A las
empresas e instituciones públicas y privadas, incluyendo las organizaciones de la sociedad civil, promoviendo programas
destinados a la capacitación de los trabajadores
y vecinos, con el objetivo de desarrollar un efectivo monitoreo de las consecuencias
que genera el proceso productivo sobre el ambiente; y a la sociedad en su conjunto, en la formación de una
conciencia ambiental tendiente a la
formación de valores y actitudes que tanto individual como colectivamente permitan la prevención,
identificación y solución de problemas ambientales.
Ante lo
indicado, las Autoridades deben de impulsar los
contenidos de Educación Ambiental en el
Sistema No Formal apoyando y estimulando
el movimiento asociativo, los procesos
de democracia y fomentando el voluntariado, a fin de implementar los
contenidos curriculares adecuadamente.
Aproximarse a un planteamiento que integre y relacione
la Educación Ambiental desarrollada en ámbitos escolares (Educación formal) con
aquella otra que vienen desarrollando las organizaciones no gubernamentales, grupos
ecologistas, ayuntamientos y comunidades autónomas, etc., (Educación no formal)
creemos que requiere, como premisa previa, un estudio evolutivo que dé cuenta
de las raíces de este movimiento educativo y de su progresiva configuración
como vía formativa de primer orden, atenta a un problema gravemente preocupante
como es el deterioro de nuestro medio ambiente.
En la actualidad el campo de la Educación No formal, se caracteriza por su
amplitud y heterogeneidad y las funciones que abarca van desde numerosos
aspectos de la educación permanente (alfabetización de adultos, programas de
expansión cultural, etc.), a tareas de complementación de la escuela; desde
propias de la pedagogía del ocio, a otras que están relacionada con la
formación profesional.
Asimismo atiende a aspecto de la formación política,
cívica y social; ambiental y ecológica; física; sanitaria; etc. Ander-Egg,
citado por el PNUMA (2003), destaca tres elementos diferentes en la educación
de adultos:
1. Educación
compensatoria: alfabetización de adultos y alfabetización funcional (la primera
se limita a la adquisición de conocimientos de lectura, escritura y cálculo
mientras que la segunda avanza un poco más).
2. Educación
transitoria: orientación profesional, especialización en un determinado campo
de actividades, perfeccionamiento, reciclaje profesional.
3. Educación
complementaria: acceso a bienes y objetos culturales, y aprendizaje y
adquisición de conocimientos.
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